Nuestro párroco
D. JOSE TORRADO CASTIÑEIRAS, nació en la Parroquia de Santa Eulalia de Oeste (Catoira) el día 27 de Junio de 1935. El 1 de Septiembre de 1949 ingresa en el Seminario de Santiago de Compostela, y es ordenado sacerdote el 13 de Agosto de 1961, celebrando su primera Misa el día 1 de Septiembre de 1961.
El Cardenal Quiroga Palacios le nombra Coadjutor de la Parroquia Santa Eulalia de Arealonga de Villagarcía de Arosa, el día 11 de Octubre de 1961, siendo nombrado Cura encargado de la misma Parroquia el 23 de Enero de 1970.
El Arzobispo de Santiago de Compostela, D. Angel Suquía Goicoechea le nombra Párroco el 20 de Marzo de 1975. Desde entonces sigue en la misma Parroquia.
Los que le conocen dicen de él ...
Hace cerca de 40 años, en que un nutrido grupo de villagarcianos, de creencias y descreencias variopintas, coordinados por Javier Jaureguizar Azarola, nos dirijímos al Palacio Arzobispal de Santiago para solicitar del Excmo. Sr. Cardenal D. Fernando Quiroga Palacios la designación de D. José Torrado Castiñeiras como titular de la parroquia de Santa Eulalia de Arealonga de Villagarcía. La amable y simpática respuesta se ajustó a la mas extricta diplomacia vaticana. Tras oscilaciones burocráticas no menos vacilantes y curiales, la petición fue atendida.
Ha transcurrido mucho tiempo y los hechos demuestran la oportunidad de la medida.
No soy yo, colaborador asiduo de la Parroquia, el llamado a alabar la actuación de nuestro Párroco, que, por cierto, ya ha conocido diversas tendencias morales y sociales, a veces de gran dificultad.
Me limito a asegurar que para mí es un magnífico amigo, un habitual contertulio, un riguroso confesor, un magistral rector de homilías y, sobre todo, un Sacerdote ejemplar. Manuel Julio Reigada
Quisiera darle las gracias por estar a mi lado, por su sinceridad, por infundirme valor en la lucha, por alegrarse cuando yo me alegro y por entristecerse cuando hay lágrimas en mi rostro. Quisiera decirle que le admiro por su prudencia y sabios consejos, por su alegría y buen humor, pero sobre todo porque consigue día a día algo muy difícil y hermoso: ser un gran amigo.
Me gustaría que en cada palabra y en cada abrazo reciba toda mi gratitud por ser un pastor comprometido y entregado, pero sobre todo porque lo demuestra y enaltece con el valor de la amistad. Consuelo Rey
Para mí D. José es el amigo en el que siempre puedes confiar. Es un pastor, un SACERDOTE, así con mayúsculas, siempre dispuesto a ayudar. Tiene una gran capacidad de acogida, de escucha; siempre en su boca una palabra de aliento, de consuelo.
Valoro mucho de él su sinceridad, su autenticidad. Siempre te va a decir lo que piensa y sobre todo si sirve para tu bien, aunque eso llegue a perjudicarle. No se atemoriza ante la autoridad, ante el superior, no le tiene miedo al que dirán. Pues, es un hombre de criterio, de fundamentos y convicciones sólidos, con mucho conocimiento de la vida. le adorna otra virtud, la bondad, le preocupa la justicia.; se compadece de los infortunios de los demás y siempre es solidario. Xermán Torres
Conocí a D. José hace muchos años. El empezaba su labor pastoral como coadjutor en esta parroquia de Santa Eulalia de Villagarcía, yo llevaba pocos años de casada y feligresa en esta misma parroquia.
A lo largo de esos años compartió con Antonio, mi marido, y conmigo muchos momentos: alegres unos; difíciles otros; siempre orientándonos en la fe y brindándonos su amistad, apoyo y comprensión.
Cuando Dios me probó con un golpe muy duro, la muerte de Antonio aún joven, fue, su apoyo y comprensión, lo que me ayudó a conservar la fe y aceptar los designios de Dios con resignación; confiando en que su infinita misericordia me ayudaría, a terminar sola, lo que habíamos empezado juntos. Mejor dicho, no sola, sino con la ayuda de Dios que nunca me ha faltado.
Gracias D. José por estar ahí, en la Parroquia, escuchando, comprendiendo y ayudando. ¡ Que Dios se lo pague ! Mª del Pilar Córdoba
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